El 20 de diciembre de 2016 se cumplió un año que estoy de nuevo en Rosario y ese dia escribi este post, por alguna razón no lo publiqué ese día. Hoy lo releí y decidi publicarlo, porque me gusta como pude poner en palabras el sentimiento que tengo.
No puedo explicar muy bien la sensación que tengo, porque la intensidad del 2016 muy pocas veces la he vivido. La mezcla de emociones, los sentimientos encontrados, la adrenalina, la felicidad, la paz, el caos, la incertidumbre... todo eso junto.
En instagram leí una frase, sí una entre miles que uno lee, los lugares comunes, los cliches... pero hubo una frase que me impacto, por su simpleza, y contundencia. La frase decía: "Remembre the days when you pray for the things you have now" (recuerda los dias en los que rezabas por las cosas que tienes ahora) recuerdo haberla leído y sentir como una especie de golpe paralizante, ¡un shock! Esta frase describía de manera tan brutal lo que necesitaba escuchar. En medio de tanta cosa, poder frenar y agradecer... no es poco. Y recordé, los domingos llorando en la autopista dejando la ciudad, los cumpleaños que pasé sola, los nacimientos de mis hijos sin mi mamá cerca, los nacimientos de mis sobrinas donde no pude estar, los problemas de salud que no pude acompañar, todo eso ya era historia, esas lagrimas y la pregunta casi constante en mi cabeza de si en algún momento esto iba a poder ser. Y si recé, recé, medité, aprendí a disfrutar de esa gran duda, de poder valorar lo que tenia en Buenos Aires que era mucho y muy lindo y que sabia que mucho de eso era un gran tesoro que iba a guardar por siempre, como la enorme experiencia laboral y profesional, los contactos y compañeros de trabajo que hoy sigo recordando y hasta hablando, amigas y vecinas excepcionales mayormente gracias a mis hijos, amor por los paseos porteños, lugares, barcitos, cafés, música, actividades para chicos fuera del circuito tradicional, recitales a montones...
Tendemos a pensar en los finales felices, y no pensamos aveces que cuando uno cumple un sueño inmediatamente se inicia un nuevo proceso, y ese proceso no necesariamente es simple: vivir lejos de tu marido, vivir en casa de tu mama a quien por lo últimos 12 años viste una vez por semana algunas horas, colegio nuevo, casa nueva, pasar de tener el subte a 1 cuadra a vivir en una zona casi rural, desenchufar tu trabajo por completo y empezar de cero...
Lo cierto también es que tendemos a mirar siempre lo negativo, lo que está mal, lo que falta...
Nos adpatamos a las nuevas realidades muy rápido, en el sentido que enseguida encontramos excusas para olvidar que el sueño se cumplió, y ampliamente.
Asi que decido hoy parar y agradecer, parar y mirar todo lo que si tengo, todo lo que hay, todo lo que está y abrazar fuerte todo este largo camino que hoy empieza.
Agradezco este 2016, y abrazo fuerte todo lo bueno que pasó, y todo lo duro que nos resultó.
Y comenzar con todo este 2017.
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